Esto es en lo concerniente a la psicosis de este brazo armado, pero, ¿qué pasará con la psicosis americana? ¿Quién será el nuevo enemigo, imaginario o real, contra el que habrán de enfocar sus energías y recursos? La doctrina de shock, como le denominara Naomi Klein a las políticas de choque económico y político que usa el gobierno norteamericano para lograr el dominio de ciertas naciones que es conveniente avasallar por razones geoestratégicas, ha surtido ya efecto en el Oriente Medio, tan rico en hidrocarburos como en problemas. Sin embargo, en la región latinoamericana, dicha doctrina apenas está empezando a domar a fieras de gran tamaño, como las FARC en Colombia, o los carteles del narcotráfico en México. No son las drogas el problema, sino el control de ciertos recursos, como los hidrocarburos y el agua. ¿Será Latinoamérica el siguiente enemigo a vencer?
Ni a favor ni en contra, opino que los avances de la izquierda latinoamericana (Hugo Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia, y otros más en el contexto centro y sudamericano) han traído efectos tanto positivos como negativos para sus pueblos, pero le corresponde a ellos evaluarlos y decidir si continúan o no con dichos regímenes. Nadie, y mucho menos cualquier psicópata intervencionista, debe entrometerse en ello. En México decimos que la ropa sucia se lava en casa, y eso es lo que debe hacer cada nación. El problema es que, con el pretexto (valido o no) de las drogas, cada día interfieren más los norteamericanos en la vida política mexicana, como en su tiempo hicieron en Colombia. El tiempo mostrará que, como ahí, ello no será ni bueno ni malo, sino todo lo contrario (¿¿¿perdón???).
Siempre he pensado que los norteamericanos viven en estado permanente de alerta, peleando contra enemigos reales y con muchos otros que oportunamente se proveen para tener motivos de disputa e iniciar el negocio más lucrativo para ellos: la guerra. Drogas, petróleo, democracia, la excusa es lo de menos. Si logran poner de cabeza un país o una región, lo harán, y como en México, dirán que ellos no son culpables de la violencia que hay en este momento, como supongo que nunca lo fueron en países como Vietnam, Corea, Colombia, o el día de hoy, en el Oriente Medio, y es que como dice la ley de Murphy, donde hay un problema y existen varios culpables de éste, nadie es culpable… Aunque, como los yanquis, ellos produzcan y permitan que se vendan armas como las que están fomentando una guerra de baja pero dolorosa intensidad en México. Psicosis americana, ¿contra quién habrán de redirigirla ahora? ¿Seremos los próximos candidatos a semejante honor?